Cuentan que un carpintero muy orgulloso de su profesión explicaba a un cliente el esmero y la profesionalidad de todo lo que él hacía, contando como cuidaba hasta los más pequeños detalles.
Durante su visita le fue mostrando varios muebles hasta llegar a un armario del que el carpintero se sentía especialmente satisfecho. Le destacó sobre todo el perfecto acabado del interior de cada uno de los cajones y el futuro cliente, sorprendido, le recriminó:
– ¿No cree usted que exagera con su trabajo? ¿Quién va a fijarse en el interior de los cajones de este armario?
– Señor, debo verlos yo. – Le contestó el carpintero.
(…)
Y es que solo una buena realización justifica la acción, según los Griegos. Es mejor destacar en una cosa que hacer 10 chapuzas, y para destacar en algo tenemos que ser exigentes con nosotros mismos.
El problema es que casi todo el mundo trabaja en empresas y la gente ha dejado de exigirse nada que no sea intentar aparentar ser mejor que un compañero para poder alcanzar así un puesto donde ya no sea necesario exigirse nada. No es fácil encontrar gente motivada. Las empresas suelen basarse en equipos donde existen parasitos y hospedadores, medidos por criterios tan estúpidos como las horas que se pasan en la oficina (el que más tarde sale es el mejor) en lugar de por resultados (en España, en otros países que yo sepa como Irlanda, Noruega o USA ya no es así) y donde obtienes el mismo beneficio si lo haces bien o si simplemente haces lo que te pidan. Creo que en el fondo somos animales: necesitamos reconocimiento, pequeños premios, libertad, y beneficios que hagan diferente una chapuza o un esfuerzo estraordinario de un trabajo bien hecho, porque en caso contrario terminas quemado y simplemente «haces» las cosas, sin intentar destacar ni aportar valor añadido.
– Sucede que en una empresa es normal quedarse más horas del horario establecido, pero si un día sales un poco antes «se ve» fatal, sucede que casi nunca se premia un esfuerzo extra del empleado, sucede que hay que pedir aumentos porque pocas veces el jefe los da hagas lo que hagas, sucede que casi todo el mundo trabaja quemado.
Yo creo que un empleado contento a la larga resulta más rentable para la empresa, del mismo modo que como freelance tratas mejor a un cliente que no intenta abusar de tí y que se toma algo de interés por facilitarte las cosas. Me gusta la filosofía de Steve Jobs (CEO de Apple) en este sentido:
Contratamos gente creativa para que nos digan qué podemos hacer, no para obligarles a hacer lo que nosotros queramos
(…) Pasamos una gran parte de nuestra vida trabajando. Una gran parte de tu vida estará enfocada en tu trabajo y la única manera de sentirte realmente satisfecho es creer que lo que haces es un excelente trabajo. La única manera de lograr un excelente trabajo es amando lo que haces. Si no lo encuentras todavía sigue buscando. No te rindas. Como todas las cosas relacionadas al corazón, sabrás exactamente cuando lo encuentres. (extracto del discurso de Steve Jobs, CEO de Apple y Pixar, durante la ceremonia de graduación de 2005 en Stanford)
Este es el video:
Traducción del discurso de Steve Jobs, 12 de Junio de 2005 en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford.
“Tienen que encontrar eso que aman”
Me siento honrado de estar con ustedes hoy en su ceremonia de graduación en una de
las mejores universidades del mundo. Yo nunca me gradué de una universidad. La verdad
sea dicha, esto es lo más cerca que he estado de una graduación. Hoy deseo contarles tres
historias de mi vida. Eso es. No es gran cosa. Sólo tres historias.
La primera historia se trata de conectar los puntos
Me retiré del Reed College después de los primeros 6 meses y seguí yendo de modo
intermitente otros 18 meses o más antes de renunciar de verdad. Entonces ¿por qué me
retiré?.
Comenzó antes de que yo naciera. Mi madre biológica era joven, estudiante de
universidad graduada, soltera, y decidió darme en adopción. Ella creía firmemente que debía
ser adoptado por estudiantes graduados. Por lo tanto, todo estaba arreglado para que
apenas naciera fuera adoptado por un abogado y su esposa; salvo que cuando nací,
decidieron en el último minuto que en realidad deseaban una niña. De ese modo, mis padres
que estaban en lista de espera, recibieron una llamada en medio de la noche
preguntándoles: “Tenemos un niño no deseado; ¿lo quieren?”. Ellos dijeron “Por supuesto”.
Posteriormente, mi madre biológica se enteró que mi madre nunca se había graduado de
una universidad y que mi padre nunca se había graduado de la enseñanza media. Se negó a
firmar los papeles de adopción definitivos. Sólo cambió de parecer unos meses más tarde
cuando mis padres prometieron que algún día yo iría a la universidad.
Luego a los 17 años fui a la universidad. Sin embargo, ingenuamente elegí una
universidad casi tan cara como Stanford y todos los ahorros de mis padres de clase obrera
fueron gastados en mí matrícula. Después de 6 meses yo no era capaz de apreciar el valor
de lo anterior. No tenía idea de lo que quería hacer con mi vida y no tenía idea de la manera
en que la universidad me iba a ayudar a deducirlo. Y aquí estaba yo, gastando todo el dinero
que mis padres habían ahorrado durante toda su vida. Así que decidí retirarme y confiar en
que todo iba a resultar bien. Fue bastante aterrador en ese momento, pero mirando hacia
atrás fue una de las mejores decisiones que tomé. Apenas me retiré, pude dejar de asistir a
las clases obligatorias que no me interesaban y comencé a asistir irregularmente a las que
se veían interesantes.
No todo fue romántico. No tenía dormitorio, dormía en el piso de los dormitorios de
amigos, llevaba botellas de Coca Cola a los depósitos de 5 centavos para comprar comida y
caminaba 11 kilómetros, cruzando la ciudad todos los domingos en la noche para conseguir
una buena comida a la semana en el templo Hare Krishna. Me encantaba. La mayor parte de
las cosas con que tropecé siguiendo mi curiosidad e intuición resultaron ser inestimables
posteriormente. Les doy un ejemplo: en ese tiempo Reed College ofrecía quizás la mejor
instrucción en caligrafía del país. Todos los afiches, todas las etiquetas de todos los cajones
estaban bellamente escritos en caligrafía a mano en todo el campus. Debido a que me había
retirado y no tenía que asistir a las clases normales, decidí tomar una clase de caligrafía
para aprender. Aprendí de los tipos serif y san serif, de la variación de la cantidad de espacio
entre las distintas combinaciones de letras, de lo que hace que la gran tipografía sea lo que
es. Fue hermoso, histórico, artísticamente sutil de una manera en que la ciencia no logra
capturar, y lo encontré fascinante.
Nada de esto tenía incluso una esperanza de aplicación práctica en mi vida. No obstante,
diez años después, cuando estaba diseñando la primera computadora Macintosh, todo tuvo
sentido para mí. Y todo lo diseñamos en la Mac. Fue la primera computadora con una bella
tipografía. Si nunca hubiera asistido a ese único curso en la universidad, la Mac nunca habría
tenido tipos múltiples o fuentes proporcionalmente espaciadas. Además, puesto que
Windows sólo copió la Mac, es probable que ninguna computadora personal la tendría. Si
nunca me hubiera retirado, nunca habría asistido a esa clase de caligrafía, y las
computadoras personales no tendrían la maravillosa tipografía que tienen. Por supuesto era
imposible conectar los puntos mirando hacia el futuro cuando estaba en la universidad. Sin
embargo, fue muy, muy claro mirando hacia el pasado diez años después.
Reitero, no pueden conectar los puntos mirando hacia el futuro; solamente pueden
conectarlos mirando hacia el pasado. Por lo tanto, tienen que confiar en que los puntos de
alguna manera se conectarán en su futuro. Tienen que confiar en algo – su instinto, su
destino, su vida, su karma, lo que sea. Esta perspectiva nunca me ha decepcionado, y ha
hecho la diferencia en mi vida.
La segunda historia es sobre amor y pérdida
Yo fui afortunado – descubrí lo que amaba hacer temprano en la vida. Woz y yo
comenzamos Apple en el garage de mis padres cuando tenía 20 años. Trabajamos duro y en
10 años Apple había crecido a partir de nosotros dos en un garage, transformándose en una
compañía de US$2 mil millones con más de 4.000 empleados. Recién habíamos presentado
nuestra más grandiosa creación – la Macintosh – un año antes y yo recién había cumplido
los 30. Y luego me despidieron. ¿Cómo te pueden despedir de una compañía que
comenzaste? Bien, debido al crecimiento de Apple contratamos a alguien que pensé que era
muy talentoso para dirigir la compañía conmigo, los primeros años las cosas marcharon
bien. Sin embargo, nuestras visiones del futuro empezaron a desviarse y finalmente tuvimos
un tropiezo. Cuando ocurrió, la Junta del Directorio lo respaldó a él. De ese modo a los 30
años estaba afuera. Y muy publicitadamente fuera. Había desaparecido aquello que había
sido el centro de toda mi vida adulta, fue devastador.
Por unos cuantos meses, realmente no supe qué hacer. Sentía que había decepcionado a
la generación anterior de empresarios – que había dejado caer el testimonio cuando me lo
estaban pasando. Me encontré con David Packard y Bob Noyce e intenté disculparme por
haberlo echado a perder tan estrepitosamente. Fue un absoluto fracaso público e incluso
pensaba en alejarme del valle. No obstante, lentamente comencé a entender algo – Yo
todavía amaba lo que hacía. El revés ocurrido con Apple no había cambiado eso ni un
milímetro. Había sido rechazado, pero seguía enamorado. Y así decidí comenzar de nuevo.
En ese entonces no lo entendí, pero sucedió que ser despedido de Apple fue lo mejor
que podía haberme pasado. La pesadez de ser exitoso fue reemplazada por la liviandad de
ser un principiante otra vez, menos seguro de todo. Me liberó para entrar en uno de las
etapas más creativas de mi vida. Durante los siguientes cinco años, comencé una compañía
llamada NeXT, otra compañía llamada Pixar, y me enamoré de una asombrosa mujer que se
convirtió en mi esposa. Pixar continuó y creó la primera película en el mundo animada por
computadora, Toy Story, y ahora es el estudio de animación más exitoso a nivel mundial. En
un notable giro de los hechos, Apple compró NeXT, regresé a Apple y la tecnología que
desarrollamos en NeXT constituye el corazón del actual renacimiento de Apple. Además, con
Laurene tenemos una maravillosa familia. Estoy muy seguro de que nada de esto habría
sucedido si no me hubiesen despedido de Apple. Fue una amarga medicina, pero creo que el
paciente la necesitaba. En ocasiones la vida te golpea con un ladrillo en la cabeza. No
pierdan la fe. Estoy convencido que lo único que me permitió seguir fue que yo amaba lo
que hacía. Tienen que encontrar eso que aman. Y eso es tan válido para su trabajo como
para sus amores. Su trabajo va a llenar gran parte de sus vidas y la única manera de
sentirse realmente satisfecho es hacer aquello que creen es un gran trabajo. Y la única
forma de hacer un gran trabajo es amando lo que hacen. Si todavía no lo han encontrado,
sigan buscando. No se detengan. Al igual que con los asuntos del corazón, sabrán cuando lo
encuentren. Y al igual que cualquier relación importante, mejora con el paso de los años. Así
que sigan buscando hasta que lo encuentren. No se detengan.
La tercera historia es sobre la muerte
Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía algo parecido a “Si vives cada día como si
fuera el último, es muy probable que algún día hagas lo correcto”. A mí me impresionó y
desde entonces, durante los últimos 33 años, me miro al espejo todas las mañanas y me
pregunto: “Si hoy fuera en último día de mi vida, ¿querría hacer lo que estoy a punto de
hacer hoy?” Y cada vez que la respuesta ha sido “No” por varios días seguidos, sé que
necesito cambiar algo.
Recordar que moriré pronto constituye la herramienta más importante que he
encontrado para ayudarme a decidir las grandes elecciones de mi vida. Porque casi todo –
todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo el temor a la vergüenza o al fracaso –
todo eso desaparece a las puertas de la muerte, quedando solamente aquello que es
realmente importante. Recordar que van a morir es la mejor manera que conozco para
evitar la trampa de pensar que tienen algo que perder. Ya están desnudos. No hay ninguna
razón para no seguir a su corazón.
Casi un año atrás me diagnosticaron cáncer. Me hicieron un scanner a las 7:30 de la
mañana y claramente mostraba un tumor en el páncreas. Yo ni sabía lo que era el páncreas.
Los doctores me dijeron que era muy probable que fuera un tipo de cáncer incurable y que
mis expectativas de vida no superarían los tres a seis meses. Mi doctor me aconsejó irme a
casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararte para la muerte.
Significa intentar decirle a tus hijos todo lo que pensabas decirles en los próximos 10 años,
decirlo en unos pocos meses. Significa asegurarte que todo esté finiquitado de modo que
sea lo más sencillo posible para tu familia. Significa despedirte.
Viví con ese diagnóstico todo el día. Luego al atardecer me hicieron una biopsia en que
introdujeron un endoscopio por mi garganta, a través del estómago y mis intestinos,
pincharon con una aguja mi páncreas y extrajeron unas pocas células del tumor. Estaba
sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me contó que cuando examinaron las células en el
microscopio, los doctores empezaron a llorar porque descubrieron que era una forma muy
rara de cáncer pancreático, curable con cirugía. Me operaron y ahora estoy bien.
Fue lo más cercano que he estado a la muerte y espero que sea lo más cercano por unas
cuantas décadas más. Al haber vivido esa experiencia, puedo contarla con un poco más de
certeza que cuando la muerte era un útil pero puramente intelectual concepto:
Nadie quiere morir. Incluso la gente que quiere ir al cielo, no quiere morir para llegar
allá. La muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha escapado de ella. Y es como
debe ser porque la Muerte es muy probable que sea la mejor invención de la Vida. Es el
agente de cambio de la Vida. Elimina lo viejo para dejar paso a lo nuevo. Ahora mismo,
ustedes son lo nuevo, pero algún día, no muy lejano, gradualmente ustedes serán viejos y
serán eliminados. Lamento ser tan trágico, pero es muy cierto.
Su tiempo tiene límite, así que no lo pierdan viviendo la vida de otra persona. No se
dejen atrapar por dogmas – es decir, vivir con los resultados del pensamiento de otras
personas. No permitan que el ruido de las opiniones ajenas silencien su propia voz interior. Y
más importante todavía, tengan el valor de seguir su corazón e intuición, que de alguna
manera ya saben lo que realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.
Cuando era joven, había una asombrosa publicación llamada The Whole Earth Catalog,
que era una de las biblias de mi generación. Fue creada por un tipo llamado Steward Brand
no muy lejos de aquí en Menlo Park, y la creó con un toque poético. Fue a fines de los 60,
antes de las computadoras personales y de la edición mediante microcomputadoras, por lo
tanto, en su totalidad estaba editada usando máquinas de escribir, tijeras y cámaras
polaroid. Era un tipo de Google en formato de edición económica, 35 años antes de que
apareciera Google: era idealista y rebosante de hermosas herramientas y grandes
conceptos.
Steward y su equipo publicaron varias ediciones del The Whole Earth Catalog, y luego
cuando seguía su curso normal, publicaron la última edición. Fue a mediados de los 70 y yo
tenía la edad de ustedes. En la tapa trasera de la última edición, había una fotografía de una
carretera en el campo temprano en la mañana, similar a una en que estarían haciendo dedo
si fueran así de aventureros. Debajo de la foto decía: “Manténganse hambrientos.
Manténganse descabellados”. Fue su mensaje de despedida al finalizar. Manténganse
hambrientos. Manténganse descabellados. Siempre he deseado eso para mí. Y ahora,
cuando se gradúan para empezar de nuevo, es lo que deseo para ustedes.
Permanezcan hambrientos. Permanezcan alocados.
Muchas gracias.