¿Qué hace que algo nos dé asco?
Parece ser que la repulsión hacia determinadas sustancias, alimentos y seres se debe a un instintivo mecanismo de defensa que ha integrado esta reacción en nuestro sistema nervioso: aquello que generalmente nos provoca naúseas es a menudo nocivo para la salud o nuestra integridad física. El asco nos permite así evitar sustancias nocivas y en algunos casos (cuando se provocan vómitos tras ingerirlas) expulsarlas rapidamente.
Un alimento en mal estado nos produce asco, una rata o insecto (frecuentes transmisores de enfermedades) nos produce rechazo, evitamos algo o a alguien muy sucio por el mismo motivo… Es por ello que el asco es, en realidad y pese a ser a veces bastante incómodo, una reacción a menudo beneficiosa.
¿Por qué si es un mecanismo de defensa un vaso de veneno, la oscuridad o un tigre, por ejemplo, no nos provocan «asco»?
El asco se limita a elementos que no supondrían en sí mismos una amenaza evidente, un tigre es logicamente peligroso, pero en este caso la reacción enviada por el sistema nervioso es simplemente miedo, que es bastante más efectivo que ponerse a vomitar o a sentir naúseas creo yo.
Existen además elementos perjudiciales que no nos provocan rechazo como gases, tóxicos químicos, etc; y es que, frente a elementos creados o extraidos por el hombre, estamos indefensos. Un dramático ejemplo de ésto serían los cientos de muertos de hace unos años por exposición al amonio y un caso también bastante peculiar y dramático en ocasiones es la «radioactividad».