Imagina poder comunicarte con tu perro de manera tan efectiva que solo con un gesto él te obedezca al instante. En esta guía rápida para educar a un perro y conseguir que esté feliz, te damos los secretos y claves para su adiestramiento y cuidados.
Trucos básicos para educar a un perro
Ten en cuenta que educar a un perro exige tiempo, paciencia y constancia. Sin embargo, hay ciertos trucos para educar a un perro que tu mascota aprenderá con facilidad y que facilitarán la convivencia. Por ejemplo, podrá acudir a ti si surge algún problema, esperar sentado antes de cruzar, no molestar a extraños o mantenerse tranquilo en situaciones sociales.
Es fundamental celebrar cada pequeño avance y realizar sesiones de entrenamiento breves y amenas, presentándolo como un juego. Esto hará que el proceso sea más efectivo y placentero tanto para ti como para tu perro. ¡Ánimo y buena suerte! Es más sencillo de lo que imaginas.
Consejos básicos
Escoge un lugar tranquilo y sin distracciones para realizar la sesión de entrenamiento y comenzar a enseñarle trucos para educar a un perro. Un espacio como el jardín, una habitación silenciosa o un parque poco concurrido puede ser ideal.
Ten a mano algunas golosinas o premios que le gusten a tu perro. Pueden ser trozos pequeños de comida o golosinas específicas para perros, pero asegúrate de evitar alimentos perjudiciales, como chocolate o cebolla.
Llama la atención de tu perro usando su nombre en un tono alegre y amigable. Esto ayudará a que se sienta motivado y listo para aprender.
Espera a que te mire. Una vez que establezcas contacto visual, estará preparado para comenzar el entrenamiento. ¡Vamos allá!
Si tu perro no entiende de inmediato, sé paciente y sigue practicando. Recuerda que la frustración y los regaños solo confundirán a tu mascota.
Utiliza siempre refuerzo positivo. Recompensa el comportamiento deseado con elogios y golosinas para mantenerlo motivado.
Cuando tu perro haya aprendido cada truco en un lugar específico, practica el comando en diferentes lugares y situaciones. Esto ayudará a generalizar el aprendizaje y reforzar su confianza.
Enseñar a un perro a sentarse
Este método es fundamental para el entrenamiento y resulta bastante sencillo. Utiliza un premio para guiar a tu perro hasta que adopte la posición de sentado, y luego ofrécele la recompensa. En tan solo un día puede aprenderlo.
Paso 1: Logra que adopte la posición
Sosteniendo la golosina en tu mano, eleva lentamente la mano sobre la cabeza de tu perro, con la palma hacia él. Si esto no da resultado, puedes intentar presionar suavemente su trasero para indicarle lo que deseas.
Esto debería inducir a tu perro a levantar la cabeza y sentarse en el segundo o tercer intento. Cuando lo logre, dile «¡Bien!» y dale la golosina como recompensa.
Paso 2: Repetición y coherencia
Repite este ejercicio varias veces, enfatizando el comando verbal «sentado» o «sit» cada vez que tu perro se siente.
Es importante que mantengas consistencia en tus señales verbales y gestuales para que tu perro asocie la acción con el comando. Usa siempre «sit» acompañado del gesto de la palma de manera similar.
Enseñar a un perro a dar la pata
Una vez que tu perro haya aprendido a sentarse, puedes comenzar a enseñarle a dar la pata. Para esto, necesitarás tomar su pata con suavidad mientras le ofreces una recompensa.
Paso 1: Atrae la atención de tu perro
Sostén un premio en tu mano y muéstraselo para que lo huela y despierte su interés.
Paso 2: Levanta su pata
Mientras tu perro está concentrado en el premio, levanta delicadamente una de sus patas delanteras con tu mano. Puedes decir «pata», «saludo» o cualquier palabra que desees para asociar el comando con el gesto.
Paso 3: Refuerzo positivo
Cuando tu perro levante la pata, felicítalo diciendo «¡Excelente!» y ofrécele el premio como recompensa. Repite este ejercicio varias veces, reforzando el comando verbal y dándole un premio cada vez que tu perro logre levantar la pata.
Enseñar a un perro a tumbarse
Vamos a utilizar nuevamente el refuerzo positivo y nos enfocaremos en enseñar a un perro a tumbarse, este será nuestro tercer «comando». Para este truco, utilizaremos una golosina para guiar su nariz hacia el suelo, entre sus patas, y le daremos la recompensa cuando se acueste. ¡Empecemos!
Paso 1: Comienza en la posición correcta
Coloca a tu perro sentado frente a ti, ya que esta es una postura natural que le facilita moverse hacia el suelo.
Paso 2: Captar su atención
Usa su nombre con un tono cariñoso para llamar la atención de tu perro.
Sostén una golosina en tu mano y muéstrasela para que despierte su interés.
Paso 3: Señales y comando verbal
Mientras tu perro observa la golosina, acércala a su nariz y baja lentamente tu mano hacia el suelo.
Simultáneamente, pronuncia un comando verbal como «abajo» o «túmbate» para que asocie la palabra con la acción deseada.
El objetivo es que tu perro siga la golosina con su nariz mientras la mano desciende, lo que naturalmente le llevará a estirarse y finalmente tumbarse.
Paso 4: Refuerzo positivo
En el momento en que tu perro esté completamente tumbado, exprésale un «¡Bravo!» y ofrécele la golosina como recompensa.
Es fundamental actuar rápidamente al dar el refuerzo positivo para que tu perro entienda claramente la razón de su premio.
Enseñar a un perro a quedarse quieto
Un ejercicio más complejo, especialmente útil para perros inquietos, que es crucial para prevenir peleas o accidentes.
Instruye a tu perro para que se mantenga en una posición de sentado o acostado antes de recibir su recompensa. Ve aumentando poco a poco tanto el tiempo como la distancia desde donde lo llamas.
Paso 1: Preparación
Inicia con tu perro sentado o de pie frente a ti. Mientras pronuncias «Stop» o «quieto», extiende tu mano abierta con la palma mirando hacia él, similar a la señal que hace un policía para detener a alguien.
Paso 2: Sostener la posición
Si tu perro intenta moverse o avanzar, corrige su comportamiento diciendo «no» con un tono firme pero suave, y vuelve a situarlo en la posición inicial. Mantén tu mano extendida y sé constante hasta que logre permanecer quieto.
Paso 3: Refuerzo positivo
En el momento en que tu perro se mantenga quieto, felicítalo con un «¡Bien!» y ofrécele una golosina como recompensa. Es fundamental que la recompensa llegue rápidamente para que tu perro asocie correctamente su comportamiento con la gratificación.
Paso 4: Aumentar el tiempo
Cuando tu perro logre quedarse quieto por algunos segundos, comienza a incrementar gradualmente el tiempo que debe esperar antes de recibir la golosina. La clave para enseñarle a un perro a quedarse quieto es la paciencia; aunque sea un proceso sencillo, requiere dedicación.
Paso 5: Distancia y distracciones
Una vez que tu perro pueda mantener la posición por períodos más prolongados, empieza a aumentar la distancia entre ambos. Introduce poco a poco distracciones, como movimientos suaves a tu alrededor, para que aprenda a mantenerse quieto en diferentes contextos.
Como enseñar a un perro a acudir cuando le llamas
Casi todos los perros responden a su nombre, pero es útil contar con una orden específica que signifique «acércate» y que podamos incorporar a su nombre y usarla rápido.
Paso 1: Selecciona una palabra clave.
Elige una palabra que sea breve y fácil de entender, como «ven» o «aquí«, para enseñar a tu perro a acudir cuando lo llames. Usa siempre la misma palabra para que tu perro la relacione con la acción de acercarse, añadiéndola a su nombre, por ejemplo, «Winter, ¡ven!«. De esa forma sabe que no debe mirarte, pararse o simplemente ver qué pasa, tiene la orden clara de acudir hacia nosotros.
Paso 2: Refuerzo visual.
Emplea señales visuales, como abrir los brazos o agacharte, para motivar a tu perro a que se acerque mientras pronuncias «ven». Mantén una postura abierta y amigable para que tu perro se sienta seguro al acercarse.
Paso 3: Reforzamiento gradual.
Cuando tu perro se acerque, elógialo con entusiasmo y ofrécele una recompensa, ya sea un premio o un juego. Si no responde de inmediato, no te desanimes. Continúa practicando y recompensando sus intentos de acercarse, incluso si no llega del todo.
Paso 4: Aumentar distancia y distracciones.
Una vez que tu perro responda a la orden «ven» en un ambiente controlado, aumenta poco a poco la distancia entre ambos. También introduce gradualmente distracciones ligeras, como otros perros o personas, para simular situaciones reales donde necesitarás que tu perro se acerque.
Alimentación canina
Los humanos tomamos ciertos alimentos que es importante que no le des a tu perro porque les pueden sentar mal. Es fundamental que memorices esta lista de alimentos prohibidos para así prevenir problemas con tu peludo compañero y que tengas en cuenta ciertos consejos básicos como:
- Darle siempre que puedas la misma marca de pienso. Los perros no tienen la sensación de «comer siempre lo mismo», por lo que no temas repetir.
- Si cambias de marca, hazlo progresivamente dando 25% pienso nuevo y 75% pienso antiguo, una semana después mitad y mitad y ya a partir de 2 semanas únicamente el nuevo.
- Los perros pequeños pueden tomar piensos más calóricos que los grandes.
- Según su peso y edad, conviene elegir versiones específicas: Light, Senior…
Tipos de comida para perros
Pienso seco:
Es la opción más típica y además la más barata. Son las típicas croquetas y ofrecen una gran variedad de versiones, sabores y nutrientes. Es una opción cómoda, duradera porque se conservan durante mucho tiempo y sabrosas para el perro. Hay muchas marcas en el mercado, de diferentes calidades, lo mejor es no optar por las versiones más baratas y «populares» (que algo sea muy conocido no quiere decir que sea lo mejor). Éstas son las mejores marcas mas vendidas en Amazon:
Pienso húmedo:
Contiene un mayor porcentaje de agua y es más sabroso para casi todos los perros. Sin embargo, suele ser más caro, puede tener un menor contenido de nutrientes, son más caros y además hace que recoger los excrementos sea a veces un poco más desagradable. Son las latas y sobres de las tiendas de comida para perros.
Comida casera:
Puedes preparar la comida de tu perro en casa, pero es importante consultar con un veterinario para asegurarte de que la dieta sea completa y equilibrada. Lo más importante es no echar sal ni azucar y evitar alimentos prohibidos como la cebolla, el ajo o algunas especias.
Pechuga de pollo con arroz, pechuga y calabaza, por ejemplo.
Alimentos que no pueden comer los perros
Chocolate: Este alimento contiene teobromina, una sustancia que resulta tóxica para los perros y puede ocasionar problemas en el corazón y el sistema nervioso.
Aguacate: Posee una toxina conocida como persina (que actúa como fungicida), capaz de provocar vómitos y diarrea en los perros. Además, su hueso tiene una forma que puede obstruir la garganta, lo que podría requerir intervención quirúrgica para retirarlo, según lo que te confirme tu veterinario.
Cebolla y Ajo: Estos alimentos contienen compuestos sulfurosos que pueden dañar los glóbulos rojos en los perros, generando anemia.
Uvas y Pasas: Aunque no se conoce la causa exacta, su consumo puede llevar a insuficiencia renal aguda en los perros, incluso en pequeñas cantidades, posiblemente debido a una intolerancia natural a alguno de sus componentes.
Huesos Cocidos: Los huesos que han sido cocidos tienden a astillarse, lo que puede provocar obstrucciones o perforaciones en el sistema digestivo.
Pescados con espinas: A los perros les gusta el pescado, pero las espinas pueden causarles graves lesiones al ser masticadas o tragadas. Si deseas ofrecerles pescado, elige atún en conserva natural, filetes de merluza sin espinas u otras opciones seguras, similares a las que le darías a un bebé.
Cafeína: Al igual que el chocolate, la cafeína puede provocar problemas cardíacos y neurológicos en los perros.
Productos lácteos: Muchos perros presentan intolerancia a la lactosa, lo que puede desencadenar malestar estomacal, gases y diarrea. Evita el queso, la leche o el yogurt, aunque les gusta, no son lo más adecuado.
Alcohol: Esta sustancia puede causar intoxicación en los perros, resultando en vómitos, diarrea, dificultad para respirar e incluso coma.
Dulces y chicles: El xilitol presente en algunos productos puede inducir una liberación rápida de insulina en los perros, llevando a una peligrosa disminución del nivel de azúcar en sangre y potencialmente causando daño hepático. Además, el azúcar contenido en los dulces también puede perjudicarlos.
Nueces de Macadamia: Estas nueces contienen una toxina que puede afectar negativamente los músculos, el sistema digestivo y el sistema nervioso de los perros.
Sal y alimentos salados: El exceso de sal puede provocar en pequeñas dosis deshidratación y sed excesiva. Dosis más altas les provocará intoxicación por sodio que les puede causar vómitos, diarreas, temblores e incluso convulsiones en los casos más graves. Los perros, no toman comida con sal añadida, la que poseen los propios alimentos es suficiente para ellos.
Ejercicio y paseos
La cantidad de ejercicio para los perros varía según factores como la raza, la edad, el estado de salud y su nivel de actividad. Por lo general, se aconseja que los perros adultos realicen un mínimo de 30 minutos de actividad física moderada al día, repartidos en dos o tres paseos.
Este tiempo mínimo de ejercicio es esencial. Si no disponemos de mucho tiempo, una buena estrategia para mantenerlos activos es aprovechar paseos en bicicleta o patinete a un ritmo tranquilo, practicar running o llevarlos a un área donde puedan correr sueltos y jugar con pelotas o palos.
Podemos decir que el ejercicio es básico para los perros. Les proporciona un montón de beneficios:
- Mejora su salud cardiovascular y pulmonar.
- Fortalece músculos y huesos.
- Ayuda en el control de peso.
- Reduce el estrés y la ansiedad.
- Mejorar el estado de ánimo y sus habilidades sociales.
- Previene problemas de conducta.
- Le divierte. Es lo que más les gusta.
- Evita o retrasa posibles problemas de movilidad en el futuro.
Cómo enseñar a un perro a quedarse sólo
Practica una despedida breve: Crea un ritual corto para despedirte, como un “Adiós perrete” mientras le acaricias suavemente la cabeza. Esto le ayudará a entender que te ausentas por un tiempo. Cuando regreses, salúdalo de manera habitual y siempre de forma consistente.
Aumenta progresivamente el tiempo que lo dejas solo: Inicia dejándolo solo durante unos minutos y luego regresa. Poco a poco, incrementa el tiempo hasta que se acostumbre a estar solo durante parte del día.
Ofrece un refugio seguro: Prepara un área confortable y agradable para tu perro, incluyendo su cama, algo que tenga tu olor y algunos de sus juguetes preferidos. Este será su lugar seguro donde podrá relajarse cuando esté solo (recuerda que los perros que se sienten cómodos solos suelen dormitar o descansar).
Reserva algunos juguetes o peluches especiales solo para las ocasiones en que debe quedarse solo. Hay algunos donde puedes incluir cómida, de tipo puzzle, o peluches que le mantendrán más entretenido cada vez que debas ausentarte.
En situaciones más complicadas, considera la opción de dejarlo al cuidado de alguien que no seas tú, pero que pueda atenderlo mientras no estás en casa.